ATRACTIVOS…

DEVOCIONAL

Hace muchos años me sorprendió cuando en las clases de Historia, se nos enseñaba que durante bastante tiempo, se le regalaban a los nativos objetos muy llamativos.

Se decía que eran trozos de vidrio brillantes o espejitos que provocaban la admiración de quienes los recibían. De esta manera se conseguía alegrarlos y a la vez obtener prebendas de todo tipo.

En otras palabras, que se parecía mucho a un negocio, infame, porque se basaba en la ingenuidad de los nativos y en las malas intenciones de quienes lo practicaban.

Aunque resulte duro, estas referencias históricas me hacen recordar a muchos predicadores, que venden un Evangelio llamativo y brillante, olvidando al verdadero.

O tal vez habría que decir en lugar de olvidando, que ocultándolo con la única finalidad de lograr provechos personales, éxito, notoriedad y por supuesto también riquezas.

Qué dirán estos mercaderes del Evangelio el Día del Juicio?

La respuesta que podrán dar, solamente les concierne a ellos. Pero la actitud personal, debe ser no de criticar pero sí de denunciar, para no ser cómplices por omisión.

1 Pedro 2:8
ES
– Y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,
porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes;
a lo cual fueron también destinados.

PT – E uma pedra de tropeço e rocha de escândalo,
para aqueles que tropeçam na palavra, sendo desobedientes;
para o que também foram destinados.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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