DIVORCIO EN PAUSA

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El preocupante incremento del número de rupturas matrimoniales, obligó a que las autoridades de Dinamarca impusieran un límite al trámite de disolución.

Las parejas que se encuentren en esa situación deberán esperar tres meses y acudir a terapia, antes de que se pueda romper el vínculo. Esta medida lejos de provocar reacciones adversas ha tenido buena acogida en la sociedad.

El Gobierno ha intervenido considerando que se trata de prestar un servicio adicional a los ciudadanos, pues las familias constituyen una forma de ahorro en vivienda pública y otras atenciones que presta el Estado.

En Dinamarca el año pasado se gestionaron 18 mil rupturas, en tanto que los casamientos alcanzaron al doble. Esto en un país, donde se ofrece un año de baja por paternidad y maternidad y guarderías públicas.

La propuesta del Gobierno está dirigida a asistir a los conyugues durante el desarrollo del proceso, con el fin de intentar lograr una revisión de las decisiones y finalmente, para tratar de conseguir que consumada la separación se produzca en los mejores términos posibles.

Un asesor de la Universidad de Copenhague explica que este tiempo de tres meses tiene el propósito de ayudar a entenderse a cada uno, sus reacciones y también las reacciones de los hijos, a los efectos de aprender a conciliar y compartir la educación luego del divorcio.

Aunque también se esgrimen razones presupuestarias, pues la familia es una fuente de contención de gastos para el Estado, en el fondo no deja de advertirse la preocupación para que los hombres no separemos aquello que Dios ha unido.

Diego Acosta

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