EQUILIBRIO

DEVOCIONAL

Desde los más lejanos recuerdos que conservo, hay algunas personas que me resultan inolvidables.

De muchas ni siquiera me acuerdo de su nombre o de su aspecto y de otras, tengo más precisiones, aunque están en una suerte de nebulosa.

Pero, todas tienen algo en común: Y no es otra cosa, que me impresionaron desde niño y hasta la plena madurez, porque eran…equilibradas!

He escuchado muchas veces que se admira aquello de lo que se carece, con lo cual estoy confesando que no puedo llamarme un hombre…equilibrado.

Sin embargo lucho contra esa falta de equilibrio!

Y lo hago buscando con denuedo la Palabra de Dios, para aprender a tener dominio propio, en cualquier circunstancia o lugar.

No me rindo ante mi debilidad!

Todo lo contrario, porque tengo la certeza de que para servir, debo ser equilibrado para llegar hasta el prójimo y no resultar una piedra de tropiezo.

Así nos enseñó Jesús!

2 Timoteo 1:7
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,
sino de poder,
de amor y de dominio propio.

2 Timóteo 1:7
Porque Deus não nos deu o espírito de temor,
mas de fortaleza,
e de amor, e de moderação.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com