JUSTICIA Y MISERICORDIA

CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

Isaías, eleva un cántico de confianza acerca de la protección de Jehová, sobre Israel y también sobre su ciudad: Jerusalén.

Por extensión podemos asumir como propio este Cántico, por cuanto resume la actitud que debemos de tener ante la Gloriosa Majestad del Eterno.

Nadie como ÉL para guardarnos, guiarnos y finalmente darnos la vida eterna, en un proceso que tiene muchos puntos en común con la historia de Israel.

Desde los grandes momentos de unión con Dios, hasta los otros en donde se manifestó el espíritu de rebeldía, que es común a quienes formamos la especie superior de la Creación.

Isaías eleva su voz en el Capítulo 26 y específicamente desde los versículos 9 al 12, resume cuestiones esenciales vinculadas con la Justicia.

Muchos la entenderán y se volverán de sus caminos de maldad, pero otros se negarán a escuchar lo que Jehová nos manda a cumplir.

8 También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma.

Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

10 Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.

11 Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.

12 Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras.

La Misericordia llegará junto con la Justicia, porque solamente quienes obedezcan al Todopoderoso, recibirán su Gracia.

Es tiempo de recordar que los grandes pasajes de la Biblia, serán referencias para los tiempos del fin que estamos viviendo.

Creer lo contrario es engañarse y nada hay más triste que el autoengaño. Fundamentalmente porque nos aparta de manera definitiva de las Promesas que Dios cumplirá en nuestras vidas.

Diego Acosta

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