HABLAR Y CALLAR

Hablar y callar: Estos extremos pueden ser determinantes en la vida de una persona. Generalmente son los que marcan las diferencias entre los necios y los prudentes.

Por esta razón es que se comenta que hay quienes abren su boca y expresan lo primero que se les ocurre, sin pensar ni en las consecuencias ni tampoco en el sentido de lo que han dicho.

Yo digo lo primero que pienso!

Esta afirmación desafiante, define bastante bien a quienes obran con matices cercanos a la necedad.

Frente a ellos están los que callan más de lo que hablan y que se equivocan mucho menos, logrando más respeto por sus dichos.

Estas son las cuestiones mundanas relacionadas con el hablar y el callar!

En el mundo espiritual recordemos lo que dijo Jesús: El Espíritu pondrá palabras en tu boca!

Esta debería ser la máxima de nuestra vida antes de hablar y también antes de callar.

Si el Espíritu pone palabras en nuestra boca, no tenemos autoridad para negarnos a hacerlas públicas. Lo contrario sería pura rebeldía.

Pensemos: Por qué obraríamos de esta manera, callando lo que el Espíritu nos manda decir?

Por una mera y mezquina actitud de hacer lo que creemos que nos conviene, para no ser radicales cuando lo deberíamos ser.

Esta forma de rebeldía, también nos será contada!

Por el contrario, cuando el Espíritu nos manda callar, debemos ser obedientes, aunque supuestamente estemos arriesgando lo que torpemente llamamos nuestro honor.

Un fiel hijo de Dios, hablará cuando el Espíritu ponga razones en su corazón. Un necio, hablará siempre, por pura maldad para ser esclavo de sus propios dichos!

Proverbios 13:2

Del fruto de su boca el hombre comerá el bien;
Mas el alma de los prevaricadores hallará el mal.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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LUTERO COMIENZA A TRADUCIR LA BIBLIA AL ALEMÁN

500 ANIVERSARIO…A 311 DÍAS

 NOTAS DE LA REFORMA / 38

29 de Diciembre de 2016

Es sorprendente como algunos autores destacan de Lutero, la traducción de la Palabra de Dios, como su obra más destacada.

Es evidente el intento de restarle mérito al haber sido el impulsor del Movimiento que desencadenó la Reforma y que provocó uno de los mayores cambios de la Historia humana.

El monje agustino debió comenzar el aprendizaje de las lenguas orientales, para poder llegar a las fuentes originales.

También se sirvió del diccionario hebreo del diccionario de Johannes Reuchlin, que falleciera en 1522 y que fue autor de dos obras muy destacadas: Verbo mirifico y de Arte cabbalistico.

En el convento Lutero también recibió la ayuda de un hermano que tenía sólidos conocimientos de griego y de hebreo y con quién tuvo una sólida amistad: Johann Lange.

El afán perfeccionista de Lutero lo llevó a estudiar el notable aporte que realizó un exegéta francés: Nicolás de Lira, que realizó un monumental trabajo sobre el Antiguo Testamento, basándose en estudiosos hebreos y sobre el Nuevo, con la ayuda de especialistas griegos, ya que no conocía este idioma en profundidad.

De esta ayuda de Lira, habría surgido el burlesco comentario que se atribuye a Pedro de Pflug: Si Lira no hubiera tocado la lira, Lutero no habría danzado.

Lo cierto es que Lutero puso todo su esfuerzo en traducir la Biblia al alemán, hecho sería altamente significativo en la historia de Alemania.

Diego Acosta

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MALOS RETOÑOS

Recuerdo la primera vez que visité un olivar, porque me causó una gran impresión ver una cierta cantidad de plantas que a pesar de tener algunas  de ellas más de tres siglos, seguían produciendo frutos.

La total ignorancia sobre esta clase de temas, me hizo pensar que unos pequeños brotes que tenían las olivas en sus raíces visibles, eran algo bueno.

Pronto me aclararon que los brotes se llamaban retoños y que lo que yo creía que era bueno, era malo pues eran una forma de parásitos.

Por esa razón era que los cortaban con el mayor esmero, que fue en realidad lo que atrajo mi atención, creyendo que no deberían hacerlo.

Me fui del olivar pensando en lo que había visto, en lo que había aprendido y también en mis propios retoños, que parecen buenos y son malos.

Pensando en eso he llegado a la conclusión, que los hombres que cuidan los olivares, además de ser conocedores de lo que hacen, son drásticos en sus procedimientos.

Si es malo se corta!

Si es malo para la planta, se lo elimina!

Haría yo lo mismo con mis retoños?

Lamentablemente creo que no y de hecho no lo hice nunca. Por qué? Porque a pesar de las evidencias sigo pensando que los retoños son buenos…

Soy consciente de este grave error y por tanto desde hace poco tiempo, he comenzado a cortar los retoños, con la certeza de que son malos para mí.

Una actitud de una cierta sabiduría, porque carece de la decisión de los olivareros. A veces creo que por cuidar los malos retoños, estoy poniendo en riesgo mi propia vida!

Romanos 11:18

No te jactes contra las ramas; y si te jactas,

sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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APRENDAMOS DE LA OSTRA.

CONGREGACIÓN

SÉPTIMO MILENIO

Uno no puede ir muy lejos en el sendero de la vida sin encontrarse con tribulaciones. «Tribulación» es un término relativo que no significa lo mismo para todas las personas. Algunas de las experiencias humanas que denominamos tribulación tienen que ver con aflicciones corporales. Para otros es una gran tristeza producida por la muerte de algún ser amado. Para otros puede tomar la forma de un fracaso o de un desengaño. Puede que la tribulación se manifieste por la falta de trabajo y la inseguridad que esto produce.
Algunas personas piensan que la mejor manera de enfrentar las tribulaciones, es sonreír: «¡¡Sonría!!», se nos dice a veces cuando no reímos ante una situación adversa.
Esa filosofía es buena hasta donde es aplicable; pero ¡cuán inadecuado resulta reírse de las tribulaciones cuando tenemos que enfrentarlas en la cruda realidad. Pienso que el Gozo del Señor, que es nuestra fuerza, no consiste en reír, sino que es la condición, el estado de paz interior, que se produce al creer y entender, por Su Gracia, que «Todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios, a los que conforme a sus propósitos son llamados», por lo que se puede llorar y tener el Gozo del Señor.
Lo importante no es qué tipo de tribulación nos ha venido, sino qué actitud hemos tomado en este caso. La autocompasión, el resentimiento, la queja y el reproche a Dios, no son buenos compañeros de viaje en este Camino de Vida.
¡A veces reaccionamos de esta manera ante el dolor y la tribulación!
Dios nos capacita para vencer en nuestras tribulaciones, si dejamos que Él cumpla sus planes en nosotros.
El propósito de Dios para nosotros es transformar las tribulaciones en triunfos, de la misma manera que la ostra herida por el grano de arena sufre el largo proceso de envolver el lugar afectado con una sustancia gomosa, hasta producir una perla de gran valor, nuestro sufrimiento puede ser transformado en una bendición.
No es tanto el poder reír ante la tribulación, sino sufrir rodeando, como la ostra, nuestra tribulación con agradecimiento a Dios, con alabanza, con adoración, con honra, dándole la Gloria y esto puede hacerse sufriendo y llorando como hizo aquella mujer, en casa de Simón, que con sus lágrimas regaba los pies del Señor Jesús.
Así podremos transformar nuestras tribulaciones en triunfos. En esa actitud podrá ocurrir que Dios transforme nuestro lamento en baile y nuestro lloro en regocijo.
2ª Corintios 4:16-18
16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;
18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas

Pr. José Gilabert

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LUTERO INICIA UNA DE SUS GRANDES OBRAS

500 ANIVERSARIO…A 312 DÍAS

NOTAS DE LA REFORMA / 37

28 de Diciembre de 2016

Cuando el joven que habría de iniciar la Reforma ingresó en el convento de Erfurt, no era un novicio más que se incorporaba a los agustinos.

El comienzo del siglo XVI se caracterizó entre otras cuestiones, en que la opción de ingresar a un lugar de clausura, era algo bastante habitual entre los jóvenes.

Solo que Lutero ya había recibido el título de Doctor en Filosofía otorgado por la prestigiosa Universidad de Erfurt, lo que claramente lo distinguía de otros miembros de la orden.

Es sorprendente, pero una de las primeras cosas que hizo Lutero cuando ingresó a los agustinos, fue precisamente cambiarse el nombre por el del inspirador de la orden: Pasó de ser Martin a ser Agustín.

El propio Lutero, afirmaría tiempo después sobre este asunto: Que insensatez y que impiedad, desechar el nombre del bautismo por el del convento. Así los papas se avergüenzan del nombre que han recibido en el bautismo, manifestándose desertores de Cristo.

En los agustinos, una vez que fue liberado de las pesadas cargas de la orden, comenzó Lutero a fraguar una de sus grandes obras: La traducción de la Biblia al alemán.

Diego Acosta

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