CASAMIENTOS ABSURDOS

ANTIVIRUS

Sorprende como los hombres nos empeñamos en desafiar a Dios, utilizando las más variadas situaciones, muchas de ellas absurdas y fuera de toda lógica.

Recordamos un hombre que se casó con el holograma de una cantante…que fue durante un cierto tiempo una figura muy conocida entre determinados tipos de público.

Otra, fue una mujer que no solo se casó con un muñeco tamaño natural, sino que anunció que había tenido un hijo imaginario que por supuesto, era un muñeco y que estaba nuevamente embarazada.

Tal vez deberíamos evitar nuestras sonrisas y pensar como será la vida de estas personas y de otras que no mencionamos si son capaces de tener estas conductas con seres imaginarios.

Orar por el Prójimo es una acción que siempre deberíamos de tener y no considerar ofensas los hechos comentados. La Majestad del Padre está por encima de estas pobres y tristes actitudes de seres que solo inspiran compasión

Diego Acosta – ANTIVIRUS

OTRO DESAFÍO

ANTIVIRUS

El cambio de la hora refleja desde hace siglos los intentos del mundo, por alterar lo establecido por Dios, en un tan atrevido como fracasado propósito de enmendar lo que está bien.

Desde Benjamín Franklin en 1784 hasta nuestros días, fueron numerosos los cambios de la hora que se realizaron por distintos motivos.

El Más reciente y el que más influencia ha tenido ha sido el de marzo de 1973, cuando ante la gran crisis económica planteada por la suba del petróleo, se decidió adoptar el actual modelo.

Como casi siempre ocurre se apeló más a la política que a la razón, pues la clase gobernante debía demostrar que sabía enfrentar un gran problema como el que se había planteado.

Y con el paso de los años y a pesar de que cada vez es más difícil evidenciar la eficacia de esta medida, se persiste en el desafío al Creador, porque por una notable paradoja, ahora no se encuentran los argumentos suficientes, como para enmendar el error.

Típico de los humanos, cuando desafiamos al Eterno.

Diego Acosta

 

CORAZÓN DE CERDO

ANTIVIRUS

El anuncio de que un equipo de cirujanos implantó un corazón de cerdo en un hombre, debe ser motivo de una fundada alarma.

Los propios médicos que hicieron el trasplante dejaron establecido que era difícil que se continuaran con estas experiencias, en un tiempo cercano.

Argumentaron razones éticas y también prácticas, por cuánto consideran qué si bien la experiencia había resultado positiva, no se pueden hacer especulaciones sobre el futuro que tiene esta clase de intervenciones.

Aceptando las explicaciones de los médicos, agregamos que estamos ante una grave cuestión que afecta principios fundamentales establecidos por Dios en la Creación.

Determinó que los seres se dividen cada uno según su especie y de allí la prohibición, entre otras, de que los seres humanos mantengan relaciones sexuales con animales.

Obviamente esto permite concluir que este tipo de trasplantes constituye una abierta rebeldía a lo determinado por el Creador. Es necesario que sigamos alertas, ante el agravamiento de las situaciones que desafían a Dios.

Diego Acosta

SIN RECHAZO

DEVOCIONAL

En el Primer Libro de Samuel, podemos leer el pasaje cuando el profeta habló al pueblo de Israel, tras el pedido que hicieron a Dios de tener un rey como otros pueblos.

Analizando esta situación, podemos concluir qué a lo largo de los tiempos, los hombres siempre hemos tenido actos de rebeldía contra el Eterno.

Y siempre ÉL se ha mostrado magnánimo, para perdonar los hechos que desafiaban lo que había establecido y también siempre había exhortado a la obediencia.

Esto es válido para el Pueblo de Israel y también para quienes nos consideramos hijos de Dios, porque también hemos sido desafiantes con el Todopoderoso y hemos recibido su perdón y el llamado a permanecer fieles.

La historia se repite y por mucho que la escuchemos seguimos cometiendo los mismos errores. Pero tenemos una advertencia: Si persistimos en la maldad, seremos destruidos.

Es tiempo de obrar con Sabiduría.

1 Samuel 12:25
Mas si perseverareis en hacer mal,
vosotros y vuestro rey pereceréis
.

Diego Acosta / Neide Ferreira