Los hijos siempre se quejan y a veces amargamente, cuando sus padres los reprenden. Seguramente no saben, que esa es una de las mejores demostraciones de amor que puedan recibir.
Los humanos concebimos el amor de los padres, con gestos de cariño, con regalos, con actitudes obsequiosas. Pero nos equivocamos totalmente pensando así.
Yo he reprendido a mis hijos porque los amo!
Si no fuera así, simplemente me hubiera desentendido de cualquier situación en las que debería haber actuado, para hacerles comprender sus errores.
El padre y la madre, son los que más sufren cuando deben disciplinar a sus hijos, porque por naturaleza, no deberíamos hacerlo. De allí la importancia que tiene la firmeza.
No me arrepiento de la disciplina que apliqué a mis hijos y espero qué en su madurez, siendo ellos son padres, tengan la misma visión de lo que significa el amor hacia ellos.
El padre que reprende con amor, evita que sus hijos sean corregidos con rigor, por cualquier persona del mundo.
En el primer Libro de Reyes se nos reveló que Salomón tardó siete años, en construir el Templo que su padre el rey David le encomendó para que en él fuera honrado el Eterno.
Todos los materiales que se emplearon fueron los mejores y los artesanos fueron elegidos con el mayor cuidado para que también fueran los más sabios en su utilización.
Haciendo una analogía, bien podríamos hablar de nosotros mismos, que somos el Templo viviente del Espíritu Santo!
Hemos dedicado lo mejor de nosotros en este templo tan singular?
Lo estamos cuidando con el esmero que este preciado lugar se merece?
Estas son las grandes preguntas que me hago cada día, para que el templo que es mi propio cuerpo, esté lo menos mancillado posible y para que la honra hacia Dios pueda ser auténtica.
Es demasiado importante lo que debo hacer, como para distraerme o como para no dedicar todo mi empeño en la obra de preservarlo de las maldades del mundo y de mis propias maldades.
En hacerlo debo emplear el resto de mis días!
1 Reyes 6:38 Y en el undécimo año, en el mes de Bul, que es el mes octavo,
fue acabada la casa con todas sus dependencias,
y con todo lo necesario.
La edificó, pues, en siete años.
La Compasión es una manifestación superior del Amor que proclamó Jesús. Teniendo Compasión compartiremos las penas, el dolor y el sufrimiento del Prójimo como estableció el Hijo del Hombre. Diego Acosta – MENSAJE
Pablo en la Carta a los Romanos declara que ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Dios es el que justifica. EN ESTE DÍA
Ante una dolorosa pérdida, un hermano decía que estaba viviendo horas difíciles pero confortado por el Amor de Jesús.
Es otro motivo para dar gracias al Señor por haber guardado el corazón de este hermano, para que no hubiera ni rebeldía ni resentimiento.
Guardando el corazón en circunstancias difíciles y dolorosas, tenemos la certeza del Consuelo de lo Alto, que solamente puede venir de Él cuando más lo necesitamos.
Esto anima y reconforta, porque he podido comprobar una vez más como la Gloria del Eterno, se manifiesta en todo tiempo en nuestra vida.
Cuando somos capaces de soportar el dolor de una pérdida, nos acercamos más a Dios, porque en Obediencia aceptamos que su Voluntad es Perfecta, porque ha librado de crueles sufrimientos a un ser amado.
Doy gracias por todo, sabiendo que los inescrutables designios del Todopoderoso, siempre serán para nuestro bien, aunque nos cueste aceptarlo en los penosos momentos que vivimos.
Isaías 57:18-19 He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré.
Jehová anuncia en el Libro de Deuteronomio que las pruebas y la aflicción en el desierto fueron hechas para lo que había en el corazón, y sustentó a su pueblo con el maná y los llevó a una tierra de promisión. Deuteronomio 8:1-10 EN ESTE DÍA
En el Libro de Génesis se nos revela que fuimos Creados macho y hembra, según la especie y según el género, para fructificar y multiplicarse. LA CREACIÓN
Tu belleza es indescriptible Difícil de entender Tus obras son incompresibles No hay nadie como Tú, Señor Quién podrá entender tu Sabiduría Quién podrá medir tu Profundidad Majestad entronizada eres Maravillado estoy de ti Maravillado estoy de tí Santo Dios de quien la Gloria es Maravillado estoy de ti Maravillado estoy de tí Santo Dios de quien la Gloria es Maravillado estoy Maravillado estoy de ti
En la Carta a los Hebreos se nos demanda amor fraternal, hospitalidad, acordarnos de los presos, de los maltratados, el matrimonio honroso y el lecho sin mancilla, olvidarnos de la avaricia porque Dios es nuestro ayudador. Hebreos 13:1-9 EN ESTE DÍA