LAS LEYES HUMANITARIAS

DEVOCIONAL

En el Libro de Deuteronomio, podemos aprender las normas que Jehová dio a los hombres, en el pasaje que se conoce como las Leyes Humanitarias.

Normas que tienen miles de años, pero que siguen teniendo vigencia espiritual, porque de ellas se puede aprender a obrar según lo que Dios ha establecido.

Una de esas normas establece que quién entre en un viñedo, podrá comer hasta saciarse, pero no podrá poner un solo racimo en su  cesta.

Con el mismo criterio se enseña para que quienes entren en un plantío de trigo, puedan recoger las espigas con sus manos, pero no utilizar la hoz para cegarlas.

Son principios que pueden sorprender por en estos tiempos, pero de obligatorio cumplimiento, cuando hablamos de lo que tenemos y de cómo podemos ayudar al Prójimo necesitado, con lo que el Eterno nos ha dado.

Deuteronomio 23:24-25
Cuando entres en la viña de tu prójimo,
podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en tu cesto.

Cuando entres en la mies de tu prójimo,
podrás arrancar espigas con tu mano;
mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.

Deuteronômio 23:24-25
 Quando entrares na vinha do teu próximo,
comerás uvas conforme o teu desejo até te fartares,
porém não as porás no teu vaso.
Quando entrares na seara do teu próximo,
com a tua mão arrancarás as espigas,
porém não meterás a foice na seara do teu próximo.

Diego Acosta / Neide Ferreira

LAS CUATRO GRULLAS

DEVOCIONAL

Estudiando en la Palabra de Dios, recordé a los cuatro jinetes del Apocalipsis y a su obra de destrucción y muerte. Como siempre, esta lectura impresiona por la magnitud casi inimaginable de las tragedias que se abatirán sobre la especie humana.

Con esos pensamientos me acerqué a la ventana de mi casa y para mi mayúscula sorpresa, pude ver como volaban cuatro grullas cumpliendo con su viaje migratorio.

La sorpresa fue por varias razones. Una de ellas, la del número, porque eran la misma cantidad que los jinetes, solo que en este caso lo que vino a mi corazón es que estaba frente a la maravilla del mundo espiritual, tras recordar lo que ocurriría en el mundo material.

Y ese vuelo simbolizaba como los hijos de Dios debemos dejar de mirar las circunstancias y elevar nuestros ojos hacia lo Alto, para buscar la Majestad del Eterno.

Y también significó consuelo y aliento frente a las revelaciones del Libro de Juan, que nos recuerda que el Plan del Todopoderoso se cumplirá pronto.

Apocalipsis 6:8
Miré, y he aquí un caballo amarillo,
y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía;
y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra,
para matar con espada, con hambre,
con mortandad, y con las fieras de la tierra.

Diego Acosta / Neide Ferreira

DUREZA DE CORAZÓN

DEVOCIONAL

Que difícil resulta siquiera pensar, en el valor de estas palabras: Dureza de corazón…!

Lo de difícil tiene que relacionarse con la actitud de alejarse de Dios, de apartarse de sus Mandamientos y de creer que es posible vivir sin su Amor!

Pero la dureza, es más grave todavía porque habla de un órgano vital que no solo está alejado del Eterno, sino que también la propia decisión personal lo convierte en una fuente que en lugar de originar vida genera rebeldía.

Un Salmo de Asaf nos habla de esta situación, en la que revela la perversidad de Israel y que bien puede ser la de cualquiera de nosotros, la mía concretamente.

El Todopoderoso no lo toleró ni lo tolerará y se alejará de mí, para dejar que tome mis propias decisiones ajenas, a su Voluntad Soberana.

Es muy triste y peligroso, que un hombre decida seguir su camino, olvidando a Dios como lo hizo Israel y sufriendo las consecuencias, como le puede ocurrir a cualquiera de nosotros.

Salmo 81:12
ES – Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón;
caminaron en sus propios consejos.

PT – Pelo que eu os entreguei aos desejos do seu coração,
e andaram segundo os seus próprios conselhos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

A CONTRALUZ…

DEVOCIONAL

Desde mi ventana se pueden las típicas casas de la región, con techos a dos aguas a causa de la nieve y al fondo, los altos árboles de uno de los bosques cercanos.

Pero, a determinadas horas cuando el sol está de frente, todo queda difuminado por un contraluz, que desdibuja, hasta los árboles que suelen parecen una especie de loma inexistente.

Vez tras vez mirando estas diferentes perspectivas, el Señor me mostró que muchas veces mi fe era como esas visiones. Unas veces claras y otras veces difusas.

Esta revelación me perturbó porque aceptándola como Verdad, me pregunté como en ocasiones estaba muy seguro de mi creencia en el Eterno y otras, no atinaba a entender sus decisiones.

Así fue como a partir de ese día, intento mirar más allá de lo que percibo y casi no veo, porque en realidad es así como percibimos al Eterno. Sabemos que está, que siempre está y sin embargo algunas veces dudamos.

Mateo 6:30
Y si la hierba del campo que hoy es,
y mañana se echa en el horno, Dios la viste así,
¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

Mateus 6:30
Pois, se Deus assim veste a erva do campo,
que hoje existe e amanhã é lançada no forno,
não vos vestirá muito mais a vós, homens de pequena fé?

Diego Acosta / Neide Ferreira

MARTE: POR QUÉ…?

BLOG del TIEMPO

Las imágenes del alarde tecnológico de equipos depositados en el planeta rojo, son tan sorprendentes como el objetivo buscado: las pruebas de la existencia de vida.

Máxime si pensamos que quienes niegan todo, negarán lo que se ha podido ver, pero siempre será atractivo no solo por la cuestión de la tecnología sino también por el propósito.

Sin embargo, corresponde formularnos algunas reflexiones.

La primera, se puede sintetizar en una pregunta: Por qué vamos a Marte?

Otra es: Por qué buscamos pruebas de la existencia de vida en el espacio?

Sin entrar en más consideraciones, deberíamos concluir que todo sugiere que los hombres desafiamos ostensiblemente al Dios Todopoderoso.

Por qué?

Porque ÉL siendo el Creador de todo y de todos, de lo conocido y de lo desconocido, decidió que el hombre debe vivir en la Tierra, en este planeta que habitamos.

Por tanto buscar otras alternativas en el espacio, contradice su Mandato de que debemos sojuzgar la Tierra y también cuidarla. Por lo que resulta evidente que es aquí donde vivimos vivir y es este el planeta que debemos guardar y no lo hacemos.

Si hay vida o no en otros planetas, es algo que escapa por completo a nuestras decisiones. Siempre y cuando seamos obedientes al Mandato del Eterno.

Caso contrario lo desafiamos sin pensar que puede haber revelaciones que superen nuestra capacidad de entendimiento y nuestra humana capacidad de comprenderlas.

Diego Acosta