INSEGURIDAD ALIMENTARIA

ANTIVIRUS

El ministro de hacienda de Zimbawe ha advertido que la mitad de la población del país, unos siete millones de personas se encuentran sufriendo lo que llamo eufemísticamente inseguridad alimentaria.

Las orígenes de esta situación se adjudican a las cuestiones climáticas. Por un lado una sequía de magnitudes desconocidas en los último cuarenta años.

A ello deben agregarse las inundaciones que siguieron a la sequía, provocadas por los ciclones que trajeron grandes masas de agua que descargaron, sumando un estrago sobre otro estrago.

El problema se agravó aún más por el colapso económico que vive el país, al punto que hasta febrero del año próximo, no se volverán a dar estadísticas relacionadas con la inflación.

Las ayudas recibidas por los pobladores son manifiestamente insuficientes y la compra de alimentos en el exterior se complica por la falta de divisas y por el aumento de los precios internacionales.

En suma, que la llamada inseguridad alimentaria, no es otra cosa que el reconocimiento de una tremenda hambruna y la admisión de que las autoridades no están en condiciones de asumir sus responsabilidad.

Recordamos las palabras de Jesús: Porque me diste de comer cuando tuve hambre…

Diego Acosta

www.septimomilenio.com

HAMBRUNA

Blog del TIEMPO

El anuncio de que dentro de unos diez años, el 90 por ciento de la población de África pasará hambre, ha pasado totalmente desapercibido o ignorado.

Resulta dramática esta evidencia, porque una vez más demuestra la indiferencia de la sociedad de Occidente y en especial aquella que se autodenomina progresista.

Es que el hambre ha dejado de ser un problema?

Y si las personas mueren por falta de alimentos, tampoco importa?

Pocos son los que parecen interesados en responder a estos interrogantes, porque resulta más cómodo ignorarlos que asumirlos, aunque el progresismo demande otras cuestiones a la sociedad de nuestro tiempo.

El hambre es un problema de todos. De quienes lo padecen y de quienes lo relegan a un segundo plano, como un recuerdo molesto o como una cuestión desechable.

Por grande que sea nuestra indiferencia, no evitará que nuestra responsabilidad sea real,  porque debemos recordar cuando Jesús dijo, porque tuve hambre…y no me diste de comer!

El hambre del prójimo, nos será demandado!

Diego Acosta

www.septimomilenio.com