DESCUBRIMIENTO HISTÓRICO SOBRE EL ORIENTE MEDIO 2.500 AÑOS a.C.

hazor

DESCUBRIMIENTO HISTÓRICO SOBRE EL ORIENTE MEDIO 2.500 AÑOS a.C.

En Tel Hazor, se encontró un fragmento de piedra caliza que formaba parte de una estatua egipcia que representa el pie de un antiguo oficial.

El lugar del descubrimiento es el sitio bíblico más grande de una determinada era histórica de Israel. De la estatua fue rescatada su parte inferior, que mide 45 centímetros por cuarenta.

El descubridor trabaja en el sitio desde 1997 y al descubrir la base de la estatua, comprendió lo valiosa que resultaba para la investigación de la época bíblica a la que pertenece.

La estatua probablemente había sido colocada en un templo consagrado al dios egipcio Ptah y permite ampliar los conocimientos relativos al contexto del segundo milenio a. C. en todo el Levante.

También había sido encontrado en el mismo lugar  un fragmento de esfinge del rey egipcio Micerino, que gobernó Egiptó en el siglo XXV a.C. de allí la importancia del descubrimiento.

En esta yacimiento de Hazor se trabaja desde hace 30 años y ahora se tiene la impresión que un edificio encontrado podría haber sido el del gobernador de la región ubicada en el sur de Canaán.

Para tener una idea de lo trascendente de estos descubrimientos, es importante advertir que Hazor tuvo su esplendor entre los siglos XV y XIII a.C. y que es mencionada en el Libro de Josué 11:10 como “cabeza de todos los reinos”.

La población de Hazor en el segundo milenio antes de Cristo se estima que podría haber alcanzado los 20 mil habitantes, por lo que era la ciudad más grande e importante de toda la región.

Su tamaño y ubicación estratégica en la ruta que une Egipto y Babilonia, hizo que cuando fue conquistada por Israel, permitió que el Pueblo de Dios se estableciera en Canaán.

La ciudad fue reconstruida y fortificada por Salomón y prosperó durante los días de los reyes Acab y Jeroboam y finalmente fue destruida por los asirios en el año 732 a.C.

Este descubrimiento confirma muchas de las estimaciones formuladas por los científicos en torno a Hazor, una de las ciudades bíblicas.

Diego Acosta