CARTA DE BERLÍN: 2013…

 

 

2013
Probablemente muchos de nosotros estemos perplejos frente a este año que estamos terminando.
Por las diferencias horarias unos pasarán la última página antes que otros. Pero todos tendremos casi las mismas dudas para reflexionar acerca de cómo fue este año.
Desde la perspectiva personal cada uno de nosotros podrá pensar en esa suerte de balance que casi inevitablemente nos hacemos en estos días tan especiales.
Habrá quienes puedan decir que 2013 ha sido un gran año.
Habrá quienes puedan decir todo lo contrario.
Y habrá también quienes dirán que fue un año insípido, con sus más y con sus menos, pero intrascendente.
Y nos preguntamos: Puede ser que todo un año de nuestra vida haya sido intrascendente? No sería conveniente profundizar en las razones que tenemos para decir que ha sido un año pasado casi en vano?
Siempre hemos considerado que la autocrítica es destructiva. En cambio pensamos que la reflexión sobre lo que hemos hecho y sobre lo que hemos dejado de hacer, siempre es conveniente.
No caigamos en la acusación a la que nos llevará la autocrítica. Pero tampoco caigamos en la justificación, que opera como un atenuante sobre todo un año.
Este es un buen tiempo para que en nuestra intimidad nos reconozcamos todos los errores, reconozcamos los momentos de debilidad, los momentos de miedo o los momentos en los que obramos especulando.
Cada uno delante de su conciencia para entonces sí poder hablar con el Señor y pedir perdón por todo lo malo que hicimos y por todo lo que dejamos de hacer.
Y también para darle las gracias por todo lo que pudimos realizar a pesar de nuestras propias limitaciones e incluso a pesar de nuestra propia incredulidad con relación a nuestras posibilidades.
Se nos acaba 2013. Se nos acaba un año más. No miremos hacia ni por lo bueno ni por lo malo. Solamente miremos y hagamos del año que terminamos, una fuente de experiencias.
Saludos y bendiciones.

Diego Acosta
www.septimomilenio

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