POCA FE…

gali

 


Es difícil reconocer las actitudes personales, sobre todo cuando están esencialmente equivocadas, porque demuestran la soberbia personal.

A esta conclusión he llegado luego de haber leído una vez más, como Jesús acusó a los discípulos de ser hombres de poca fe.

Especialmente significativo es el relato bíblico que nos pone en la situación en la que el Hijo del Hombre subió a una barca en el Mar de Galilea.

Allí descansaba mientras cuando e desató una tormenta de gran intensidad provocada por los fuertes vientos que se originan en los valles y desfiladeros que rodean a este espejo de agua, que está notoriamente por debajo del nivel del mar.

Los discípulos temieron por sus vidas y despertaron a su Maestro, quién los reprendió porque estaban demostrando que ni aún con su presencia en la misma barca, era motivo para que no tuvieran miedo.

Esta historia me hizo confesar que yo también hubiera hecho lo mismo que los discípulos!

Cuantas veces las tormentas que azotan mi vida, me hacen flaquear con relación a la fe, a la fe verdadera, aquella que nos hace confiar más allá del límite que nos pueda imponer nuestra mente.

Las tormentas no deberían hacerme temer, pero sin embargo es difícil sobreponerse a las dificultades, aún sabiendo que el Señor siempre estará con nosotros. Él puede calmar cualquier tempestad!

Por esto creo que son tan importantes las pruebas!

Nos ayudan a fortalecer nuestra relación con Jesús, a pesar de las circunstancias por muy graves que sean. Saber que contamos con la ayuda de nuestro Intercesor debería fortalecer nuestro ánimo.

Y naturalmente nuestra poca fe!

Mateo 8:26

Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

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