DIFICULTAD…?

A qué llamamos dificultad?

A un problema que nos complica la vida, que nos impide desarrollar nuestras actividades diarias o que nos obliga a cambiar los planes que teníamos?

Pueden ser razones y se pueden agregar otras, lo importante es la actitud que asumamos frente a una situación compleja.

En esta situación me encuentro y desde hace varias horas estoy pensando en la dificultad…y en lo que representa para mi vida de creyente.

Tal vez sea mayor la atención que estoy prestando a lo que debe hacer un hombre de fe, frente a una dificultad de una cierta importancia.

Debe lamentarse?

Debe rendirse ante la evidencia y magnitud del problema?

Debe orar por una solución que supere toda lógica humana?

Curiosamente después de bastante tiempo, reparé en la última pregunta: En la de orar para que la solución sea tan inesperada, como lo fue el problema cuando se presentó.

Así es como funciona la fe o la poca fe, como fue mi caso en este día. Perdemos la confianza tan rápidamente, que resulta asombroso que la volvamos a recuperar.

Por quejarnos y afanarnos, nos olvidamos de lo principal: Que todo lo que nos afecte, bueno o malo, siempre está bajo el control del Eterno.

Incluso cuando las dificultades nos hacen pensar que nos están provocando un daño de gran magnitud, debemos recordar que Dios es el Soberano sobre todo y sobre todos.

Quizás sea mi pequeñez, la que me ha perder la perspectiva de estas cuestiones fundamentales. Tan serias que cuando las volvemos a tener en cuenta, nos abochornamos por nuestras actitudes.

Hechos 4:24

Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron:

Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y

todo lo que en ellos hay.

Atos 4:24

E, ouvindo eles isto, unânimes levantaram a voz a Deus e disseram: 

Senhor, tu és o que fizeste o céu, e a terra, e o mar, e tudo o que neles

há.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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