ENSEÑAR…

El principio básico de la buena enseñanza es la humildad.

En realidad se trata de un principio bíblico, que nos obliga a ser humildes en cualquier circunstancia. Pero en el caso de la enseñanza, adquiere más importancia todavía.

Demanda un especial esfuerzo la actitud de humildad, mucho más cuando pueda resultar evidente que nuestros conocimientos sean manifiestamente superiores.

Es entonces cuando la Obra de Jesús en nuestra vida debe manifestarse, para no caer en la soberbia del que sabe mucho.

Esta actitud que puede resultarnos muy difícil de asumir, es muy buena para que la otra persona, pueda advertir que no se la está dejando en evidencia por saber menos.

Todo lo contrario, debe percibir que quién oficia de maestro, está dando por gracia lo que a su vez recibió por gracia.

Enseñar de esta manera, convierte en realidad la enseñanza bíblica de que es mejor dar que recibir, en cualquier momento y circunstancia.

Ezequiel 44:23

ES –  Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio.

PT – E a meu povo ensinarão a distinguir entre o santo e o profano

       e o farão discernir entre o impuro e o puro.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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