LA BUENA RUTA

Hace unos días tuve que conducir un auto durante más de ocho horas bajo una intensa nevada, que arreciaba por momentos pero que siempre fue constante.

Una de las maneras más seguras de conducir en esas condiciones verdaderamente extremas, es hacerlo con la máxima prudencia y como cosa práctica, seguir la huella que otros vehículos van dejando.

Por la Gracia todo resultó perfecto, aunque el viaje fue el doble más lento que lo normal, para cubrir la misma distancia.

Recordando esas horas, creo que se puede comparar ese viaje bajo la nieve, como la propia vida: en condiciones extremas debemos confiar más que nunca en el cuidado de Dios!

ÉL nos guardará y nos mostrará la mejor huella, la mejor ruta posible para nuestra vida, porque sencillamente nadie nos conoce mejor y Jesús es el Único que sabe por donde debemos ir.

De nada vale apelar a nuestra experiencia o capacidad, si no confiamos en el Eterno para que nos guíe y nos guarde.

Todo lo demás es superfluo, riesgoso y por demás vanidoso!

João 14:6

Disse-lhe Jesus: Eu sou o Caminho, e a verdade, e a vida.

Ninguém vem ao Pai senão por mim.

Juan 14:6

 Jesús le dijo: Yo soy el Camino, y la verdad, y la vida;

nadie viene al Padre, sino por mí.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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