LO QUE IMPIDE

 

DEVOCIONAL

Siempre me ha impresionado como algunas personas se afanan buscan y rebuscan para calmar sus ansiedades o satisfacer sus necesidades o también solucionar sus dramas.

Lo que verdaderamente asombra es que luego de tantos fracasos, esas personas se nieguen a escuchar hablar de Dios y de su Hijo Jesús.

Por qué lo hacen?

Por experiencia personal podría decir que el impedimento es el orgullo, o la vanidad, o la confianza en la propia fuerza y que nos lleva a negar que  precisamos la ayuda del Todopoderoso.

Es muy triste comprobar que ha pesar de las evidencias haya quienes se sigan negando a tener la Verdad en sus vidas y que esa Verdad sea capaz de transformar el lamento en baile como decía David.

Es necesario admitir entonces, que no son nuestras palabras las que llevan convencimiento a la mente y al corazón, sino la Obra Poderosa del Espíritu Santo. Nuestra parte termina, cuando dejamos de hablar…

Efesios 4:14  Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error

Diego Acosta – Neide Ferreira

QUE ES EL ESPÍRITU?

EL ESPÍRITU SANTO

Integra la Santísima Trinidad, junto al Padre y al Hijo. Comparte la condición de Eterno y es fundamental en la vida de los seres humanos.

En el Nuevo Testamento, la palabra griega pneuma identifica al Espíritu y lo ubica en una relación especial con el alma. Pero es por el Espíritu, que los hombres nos podemos relacionar con Dios.

Pablo en su Carta a los Romanos en el capítulo 8 versículos 14-16 nos enseña: Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. 15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

El Espíritu tiene el Poder de iluminar nuestra alma y también de vivificarla divinamente. Por tanto el Espíritu debe prevalecer en todos nuestros hechos como seres humanos.

Pablo en su Carta a los Efesios en 4:29 nos enseña: ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

El Espíritu es el Consolador prometido por Jesús antes de su partida para sentarse junto al Padre en el Trono de la Gloria. De allí la importancia que tiene el glorioso cumplimiento de esta promesa en Pentecostés.

El propio Jesús nos dejó una severa advertencia sobre el Espíritu, en Mateo 12:32: A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

Hasta aquí hemos cumplido un pequeña parte del propósito, de que no perezcamos por falta de Conocimiento.

Diego Acosta

EN SILENCIO

DEVOCIONAL

El bullicio en el que vivimos nos impide apreciar cuestiones importantes que ocurren a nuestro alrededor. Una de ellas es la Obra del Espíritu Santo.

ÉL siempre responde a nuestras inquietudes, aún aquellas que podemos considerar menores o sin importancia, pero que demuestran su interés en ayudarnos.

Su promesa de ser una Guía para nuestras decisiones se cumple inexorablemente. Sin embargo por qué no lo advertimos? Por qué incluso ignoramos que nos ha estado hablando?

Simplemente porque somos incapaces de buscar un poco de silencio en medio de tanto bullicio ensordecedor, de palabras vacías, de vanas reflexiones que nos desorientan.

No seamos partícipes de la vorágine del mundo ni de sus sonidos estridentes, llamativos, pero que nos aíslan de lo importante como es la Obra del Espíritu.

Si tuviera que dar testimonio de esta Verdad, lo haría para alentar a quienes están aturdidos y por lógica desorientados. Somos templos del Espíritu y por tanto, guardianes y custodios de sus enseñanzas.

Hechos 2:32-33 
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Así que, exaltado por la diestra de Dios,
y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo,
ha derramado esto que vosotros veis y oís

Diego Acosta / Neide  Ferreira

ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS

DEVOCIONAL

Cuando abrimos una ventana nos sorprendemos de muchas cosas que vemos y que no habíamos percibido en la vez anterior. Así es de bueno, además, dejar entrar aire fresco!

Esta figura es exactamente la que podemos utilizar cada vez que abrimos nuestra Biblia!

Muchos de nosotros nos admiramos cuando leemos un versículo que conocemos de memoria y que inesperadamente se nos destaca de todos los demás.

Que ha ocurrido?

Simplemente que el Espíritu comienza a obrar, cada vez que abrimos la ventana simbólica de la Palabra de Dios. No es otra cosa y por eso nos admiramos.

Esto nos debería renovar el interés y la necesidad de permitir que el aire fresco que renueva un ambiente viciado, siga entrando en nuestra vida.

Leer la Biblia debe ser un ejercicio apasionante, porque es el que nos permite escuchar la Voz del Todopoderoso, que se expresa a través de esos versículos que nos sorprenden, porque parecen escritos para nosotros.

Deuteronomio 12:28
Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando,
para que haciendo lo bueno y lo recto
ante los ojos de Jehová tu Dios,
te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre.

Diego Acosta / Neide Ferreira