LLORAR CON EL QUE LLORA

DEVOCIONAL

Los tiempos difíciles siembran el desconcierto y el desánimo en el ánimo de muchas personas. Incluyendo naturalmente a muchos de quienes nos llamamos hijos de Dios.

Siempre me he preguntado: por qué ocurre esto?

Y la respuesta es única: Simplemente porque dejamos de tener confianza en el Dios Todopoderoso, el que sabe todas las cosas y el que tiene Autoridad sobre todo y sobre todos.

Y cuando dejamos de confiar abrimos una peligrosa brecha que el Diablo aprovecha para hacernos caer en las dudas y nos lleva a que escuchemos el bullicio del mundo.

Cuando me interrogo a mí mismo sobre estas cuestiones, me viene a la memoria de que debemos llorar con el que llora. Porque entonces y solo entonces dejaremos de preocuparnos por nuestros propios afanes.

Y entonces podremos comprender la profundidad de la Compasión de Jesús, cuando miraba a los sufrientes. Y podremos comprender que tener compasión es el primer paso hacia la Misericordia, que es la forma superior del Amor que proclamó el Hijo del Hombre.

Romanos 12:15
Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.

Diego Acosta / Neide Ferreira

ORAR POR UCRANIA

Al cumplirse un año de la brutal invasión de Rusia a Ucrania,
es tiempo de reflexión y de oración.
Una agresión que lleva al mundo
a un grave riesgo de colapso

y que ha provocado más de 300 mil muertos
en los dos bandos.

Oremos por compasión
y por Justicia para los instigadores del mal.

BLOG del TIEMPO – Diego Acosta

DIOS Y EL ANHELO

DEVOCIONAL

Seguramente todos hemos tenido un anhelo en lo más profundo de nuestro corazón, de tan difícil cumplimiento que un día lo descartamos por completo.

Eso es exactamente lo que me ocurrió: durante años atesoré un anhelo hasta que finalmente decidí poco más o menos que archivarlo porque pensaba que era irrealizable.

Para explicarlo en pocas palabras: Mi anhelo no estaba al alcance de mis posibilidades humanas y consideré que la idea de abandonarlo era la mejor decisión posible. Pero a pesar de eso nunca dejé de agradecer al Omnipotente por todo.

Cuando esa decisión estuvo enraizada en mi corazón, Dios obró! Lo hizo a partir del momento en que comprendí que con mis fuerzas nada podía hacer.

Pero al Todopoderoso le había placido que tuviera ese anhelo y que lo considerara fuera del alcance de mis fuerzas. Entonces ÉL pudo hacer realidad lo que había deseado durante tanto tiempo.

La enseñanza es qué si obramos por nosotros mismos, estamos intentando ocupar el lugar del Eterno. Si aceptamos nuestra incapacidad Dios puede mostrar su Misericordia.

Éxodo 20:6
Y hago misericordia a millares,
a los que me aman y guardan mis mandamientos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

IMAGINEMOS

EL ABUELO SALOMÓN

Los buenos consejos a veces no los entendemos o no los queremos entender. Entonces seguimos obrando, ignorando lo que podría ser bueno para nuestra vida.

Cuando hablamos del Prójimo, deberíamos ser generosos no solo con nuestros pensamientos, sino también con la obra de nuestras manos.

Porque tenemos la idea de sentirnos superiores, al poder ayudar a alguien que está en necesidad y nos convertimos en seres capaces de hacer el bien casi sin límites.

Pero algún día deberíamos poner estas ideas por pasiva y pensar que somos nosotros los que precisamos ayuda. Que somos nosotros los que precisamos que alguien nos tienda una mano no con soberbia sino con Misericordia.

Tal vez entonces nos gustaría imaginar que la persona que llegue hasta nosotros tenga la bondad en su corazón y no la soberbia que hay en el nuestro.

Cuando pensemos en el Prójimo, pensemos que tal vez un día el que precise de un corazón compasivo, seamos nosotros mismos.

Diego Acosta

BENDITO PRÓJIMO

La brutal agresión a Ucrania actualiza
el pensamiento de Jesús
para ayudar al Prójimo
y la Palabra de Dios a los que no obran con misericordia
ni a los que no tienen compasión.
Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

 

LO SOBRENATURAL

DEVOCIONAL

En el mundo las personas atribuyen a una cadena de circunstancias los hechos que producen alegría y también con el mismo argumento, pero en sentido contrario, a los que apenan.

Tanto en un caso como en el otro, se atribuyen a lo que se denomina buena suerte o mala suerte. Esta es la mirada pequeña propia de la dimensión humana.

Cuál es entonces la diferencia entre la buena o la mala suerte y los milagros?

Tan sencillo y tan grandioso, como resulta tener la fe en el corazón como para agradecer como milagro, lo que los hombres simplemente atribuyen a las circunstancias.

En definitiva: La única diferencia es la convicción que tenemos los hijos de Dios, que hemos sido bendecidos por su Amor y su Misericordia y hemos recibido el presente de algo sobrenatural, que podemos definir como Milagro.

El Eterno desde siempre ha hecho milagros y los seguirá haciendo!

Daniel 4:2 Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.

Diego Acosta / Neide Ferreira