VANITAS

CONSIGNA: SER PRUDENTES Y ESCUDRIÑAR

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Las personas que no pueden vivir sin exhibirse, sin hacerse notar, tienen en el fondo algo que el autor de Eclesiastés definió maravillosamente bien.

Vanidad, todo es vanidad!

Aún en estos tiempos tan dramáticamente difíciles que estamos viviendo, siempre hay quienes por una razón o por otra, se hacen notar, con actitudes que dejando lo sublime, se convierten rápidamente en ridículas.

Así podremos ver como hay quienes se desnudan o exhiben impúdicamente sus cuerpos, hasta los que son capaces de hacer las cosas más asombrosamente necias, con tal de tener o de mantener su vana-gloria.

Estas situaciones descubren otras, quizás tan graves como las originarias. Esas personas que viven de su vana notoriedad, en muchos casos son llamadas influyentes o lo que es lo mismo, son capaces de tener seguidores.

Para que haya un influyente tiene que haber necesariamente influidos. Pero, la cuestión es: Influidos de qué? De la vulgaridad de un desnudo, de la torpeza de declaraciones superfluas o de actitudes disparatadas?

Estos tiempos difíciles sirven para muchas cosas. Algunas dignas y encomiables y otras penosamente olvidables. No nos sumemos a ninguna moda. Hagamos lo que nos mandó Jesús: Amar al prójimo, pensando en el próximo, en la familia.

Diego Acosta

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