Que ocurre cuando en mi corazón nace la envidia acerca de una persona?
Que ocurre cuando deseo lo que otro posee?
Que ocurre cuando anhelo la posición de otro?
Ocurren varias cosas, todas ellas de extrema gravedad.
A veces pensamos que la envidia es algo realmente malo porque nace en nuestro corazón y sabemos, lo traicionero que es el corazón humano.
Pero además de eso ocurren otras cosas que si las analizáramos, nos servirían para luchar contra la envidia en cualquiera de sus formas.
Quizás nunca reparamos que cuando tenemos envidia en el corazón, también tenemos rebeldía.
Podríamos preguntarnos: Y por qué rebeldía? Contra quién?
La rebeldía nace en el momento mismo en que comenzamos a envidiar. Simplemente, porque estamos en contra de lo que somos y de lo que poseemos.
Es decir: Nos rebelamos contra la decisión del Todopoderoso cuando nos hizo como somos y nos dio por Gracia lo que tenemos.
Pero hay algo más que demuestra nuestra insensata actitud. Envidiamos la situación de una persona. Su lugar en una congregación, por ejemplo.
Pero en nuestra torpeza no nos detenemos a pensar que el Plan que Dios tiene para ese hermano o para esa hermana, es radicalmente distinto del nuestro.
Y sabemos lo que Dios ha establecido para ellos?
Que parte del Plan les tocará ejecutar?
Podríamos hacerlo con nuestras fuerzas o seríamos destruidos por nuestra propia maldad?
Y nos olvidamos también de las pruebas que el Eterno ha establecido para quién es el motivo de nuestra envidia. Nosotros seríamos capaces de soportarlas?
La envidia además de ser una ruindad es también una demostración de insensatez.
Santiago 3:14-16
Diego Acosta / Neide Ferreira