EL MENSAJE

Tenemos la certeza de que siempre habrá una palabra para nuestra vida que pueda ser de consuelo, de edificación, de exhortación e incluso de alerta sobre alguno de nuestros hechos.

Esta certeza se confirmó una vez más frente a una foto muy simpática donde se veía, suponemos que a la mamá pata con sus hijos por detrás, caminando muy alineados.

Para quienes viven en zonas rurales podemos imaginar que es una escena más o menos conocida, pero para quienes somos habitantes de ciudad esto es prácticamente imposible de ver.

Y que llama la atención de esa imagen? La seguridad con que la madre guía a sus polluelos y la seguridad con que ellos la siguen, sabedores de su capacidad de cuidarlos.

No se parece esto a la vida cristiana? No estamos cuidados todos los días de nuestra vida por el Señor? Si es así, por qué abandonamos su cuidado y nos lanzamos a aventuras personales?

Se trata de entender que cuando obramos según la Voluntad del Señor estamos bajo su protección, somos su responsabilidad. Pero cuando decidimos obrar por nuestra cuenta todo cambia.

Debemos ser conscientes que el cuidado del Señor es una promesa perpetua, como también es el mandato perpetuo de obedecerle y ser fieles para andar en su Camino.

Proverbios 25:13
Diego Acosta García

Deja una respuesta