EDIFICAR


El impulso humano lleva a realizar grandes obras, pues se supone que ellas perdurarán a lo largo del tiempo y contribuirán a mantener viva la memoria de quién fue su gestor.

Son múltiples los ejemplos que tenemos para advertir que esta afirmación tiene un sólido sustento en la práctica, a lo largo de los siglos y en prácticamente todas las civilizaciones.

Podríamos detenernos a pensar que es lo que lleva a los hombres a tomar semejantes decisiones, a tratar de perdurar en el tiempo luego de la muerte física.

Quizás la única respuesta que encontremos sea la de un desmesurado concepto de la propia persona, entendiendo que sería bueno para las generaciones futuras que se supiera de su existencia.

La soberbia para desafiar al tiempo y la vanidad para conseguirlo, cuando actúan en conjunto producen obras muchas veces desproporcionadas, que se revelan a sí mismas con relación al objetivo original.

El hombre pretende desafiar al Eterno con obras que buscan perpetuarse, para parecerse un poco a Quién en verdad, sí está por encima de cualquier temporalidad.

Seamos sabios al escudriñar las intenciones de esta clase de hombres, porque nos pueden arrastrar a realizar esfuerzos insensatos que además de desafiar a Dios solo buscan su propia gloria.

Job 12:14
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

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