Cuando el Eterno le preguntó que veía, Jeremías dijo: Un almendro y recibió la aprobación por su respuesta, para a partir de entonces convertirse en uno de los mayores profetas.
Este pasaje de confirmación de un ministerio nos debe hacer reflexionar acerca de lo que significa estar disponibles y sobre todo, estar listos para hacer lo que Dios nos mande.
El árbol que vio Jeremías era el almendro, al que se lo conoce por “sin sueño”, porque es el primero que se despierta luego del letargo invernal, floreciendo en el mes de enero.
Como todo tiene su significado y su trascendencia en las cosas de Dios, cuando el Eterno convoca a quién habría de ser su profeta, utiliza una palabra muy especial en hebreo.
Si almendro significa sin sueño, el Soberano utiliza un giro idiomático que significa “en vela” es decir, estar despierto. Tan relevante es este juego de palabras que trasciende el comienzo del relato del Libro del profeta.
Dios NO detiene su Obra, aunque muchas veces pensemos que se ha olvidado de nosotros o que el tiempo parece haberse paralizado y no avanza en el cumplimiento de las promesas.
Estar despiertos significa que debemos estar prestando atención y no aletargados por el sueño. Velar, representa que debemos estar listos para cuando seamos llamados.
Recordemos que Dios impulsa el tiempo, a la vez que alienta su Plan Eternal!
Jeremías 1:12
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
www.septimomilenio.com