Hay momentos especialmente difíciles en los que debemos afrontar las decisiones que creíamos favorables y que se tornan contrarias.
Son los momentos en los que en el mundo, cuesta hacerse a la idea de encontrar razones para lo que evidentemente es un fracaso.
Como obrar en estas situaciones?
Esta es la gran pregunta que nos debemos hacer quienes nos llamamos hijos de Dios.
Como actuar?
Como explicar y cómo explicarnos lo sucedido?
Las ideas se suceden unas a otras a un ritmo vertiginoso tratando de llegar a alguna conclusión, que nos ayude a entender lo ocurrido.
Cómo es posible que de un momento para otro lo que se tenía como una promisoria perspectiva, se convierta en una dolorosa negativa?
Sin duda es en momentos como estos cuando más debemos reflexionar acerca de la Soberanía del Eterno sobre todas las cosas.
Si creemos en esto también lo debemos aceptar, aunque los resultados nos dejen sumidos en la más grande decepción.
Pensaba en todo esto, mientras me ocupaba especialmente de guardar mi corazón de las acechanzas del enemigo, que tiene ante sí una supuesta fácil victoria.
Esto será así, si uno no es capaz de dominar sus sentimientos y comprender que si en la bonanza dábamos gracias, ahora en el momento difícil, también debemos seguir dando gracias.
Puede resultar incomprensible para la mente este argumento, pero no se trata de cuestiones vinculadas ni con la razón ni con el corazón.
Se trata de la obediencia que debemos al Todopoderoso, en todo!
En aquello que nos llena de alegría o en lo que nos pone al borde del llanto.
Eclesiastés 7:14
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira