Una generosa actitud está conmoviendo a Brasil. Una pareja encontró una pequeña cantidad de dinero y el nombre de su dueña en una factura de la luz.
E hicieron algo que ha causado enorme sorpresa: Usaron el dinero para el fin que había sido destinado!
Quién debía pagar la luz era una señora jubilada que lo perdió en la calle y la pareja de Bahía, primero obró y luego se preocupó en localizar a la señora que lo había extraviado.
Alguien podría afirmar: Tanto escándalo por una pequeña cantidad de dinero y una factura pagada!
En principio podríamos concordar con quién piense de esta manera, porque el hecho es una síntesis de lo que es correcto hacer y que muy pocos hacen.
Son frecuentes estos pequeños gestos?
Nos inclinamos a creer que lamentablemente no son habituales y por eso ha tenido tanta resonancia en Brasil como fuera del país.
Pareciera que estos pequeños gestos son desdeñables, por razones que la vida cotidiana impone con su ritmo alocado, con su egoísmo y con su frivolidad.
Pero gracias a Dios siempre hay quienes se dejan guiar por el Espíritu y obran de la manera correcta, ayudando a quién solamente los puede retribuir con agradecimiento.
Aprendamos de esta sencilla lección!
Aprendamos que los pequeños gestos personales, que no tienen testigos ni buscan resonancia, son los que resultan gratos a Jesús.
Podemos tener la seguridad que nada llega más a su corazón, que ver a hombres y mujeres que son fieles en lo poco!
Como dijo el esposo de esta historia: Aprendí a amar al prójimo como a mí mismo y a hacer el bien sin mirar a quién.
Romanos 13:8-9
Fuente BBC Brasil
Diego Acosta / Neide Ferreira