Nació en Inglaterra en 1834, en Kelvedon, Essex y fue nieto e hijo de clérigos que no pertenecían a la iglesia anglicana. A los 15 años decidió en convertirse en bautista, aunque teológicamente se mantuvo en torno a las enseñanzas calvinistas. El mismo dijo que no se avergonzaba de verse como calvinista y que no se atrevía a tomar el nombre de Bautista. Mi credo es Jesucristo.
Comenzó a predicar en las zonas rurales, pero cuando tenía alrededor de 20 años fue invitado a llevar sus mensajes a Londres, donde rápidamente alcanzó notoriedad. Tuvo sus detractores en los sectores evangélicos más conservadores que no dudaron en llamarlo bufón o el demagogo de Exeter Hall.
Defendiendo su estilo dijo: Quizás sea vulgar, pero no es intencional, ya que hemos tenido suficientes predicadores educados.
En 1887 criticó a algunos de sus compañeros bautistas, con el argumento de que nivelaban hacia abajo la fe. Esencialmente defendió la justificación por la fe.
Su obra es voluminosa por la gran cantidad de predicaciones que pronunció a lo largo de su vida. Su obra magna es: El Legado de David, que está relacionada con los Salmos del Rey de Judea.
Creó un orfanato y una Universidad que se mantiene hasta nuestros días.
A su muerte, lo acompañó una multitud en enero del año 1892. Sus exégetas no dudan en llamarlo: El Príncipe de los Predicadores.
Diego Acosta