LA BIBLIA ENSEÑA

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LA REBELIÓN Y LA CAÍDA DEL HOMBRE – III

Génesis 3:2

 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer

Satanás logró despertar el interés y la curiosidad de Eva, haciéndole pensar tanto en su relación con Dios, como en lo que significaba la aparición de la serpiente hablando con ella.

El engañador procuró apartar a Eva del Creador, sembrando la duda con relación a aquello que se les había prohibido comer. Era como si les hubiera dicho, que Dios les estaba privando de las delicias existentes en el Edén.

Fórmula que utiliza cada día para intentar apartarnos de nuestra relación personal con el Eterno.

Génesis 3:3

Pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.

La obra de maldad estaba siendo eficaz porque Eva hizo un agregado al mandato original de Dios. Añadió: No le tocaréis…con lo que tergiversó la profundidad de la advertencia que el Creador le había hecho a Adán, en Génesis 2:17.

Seguramente en su ánimo comenzaba a pesar la influencia de la duda que había planteado el enemigo, con relación a los buenos propósitos de Dios para con ellos. Un propósito que encerraba en ese momento la vida Eterna, de allí la advertencia para que no comieran y la perdieran.

La maldad de Satanás permite establecer la medida del odio que siente hacia Dios luego de su caída por la rebeldía que lo apartó definitivamente de ÉL.

Génesis 3:4

Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis.

Satanás consumó la mentira de una manera categórica. Continuó con su rebelión y desafió el mandato de Dios con una afirmación llena de soberbia y petulancia, que afectó la estabilidad de Eva.

Consumó además dos condiciones sobre las que debemos estar más que alertas: Satanás es mentiroso, porque es su modo de obrar y es homicida, porque busca la destrucción del hombre. Por eso le afirmó a Eva que no morirían, precisamente para hacerles perder la vida Eterna, que es una forma de homicidio.

Lo mismo que sucedió con nuestros padres, sucede con nosotros cotidianamente. Satanás busca destruirnos para que perdamos nuestra relación con Dios.

Estas son las razones por las que se nos manda escudriñar, para que seamos capaces de advertir aquellos mensajes que pueden afectarnos y lo que es más grave, que puedan afectar nuestro vínculo con el Eterno.

El no moriréis… del enemigo a Eva, debe estar siempre presente en nuestro ánimo como ejemplo fundamental para luchar contra cualquier forma de mentira.

Diego Acosta

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