El severo rechazo que ha provocado entre judíos y cristianos el incendio del lugar donde fueron enterrados los restos del hijo de Jacob, preocupa seriamente a los observadores.
El abierto desafío que ha significado el ataque de los árabes contra este lugar tan significativo para las dos comunidades, abre grandes y peligrosos interrogantes.
Se califica el hecho como un nuevo y grave aumento en la escalada de violencia desatada desde el primero de octubre.
En las últimas horas fueron muertos tres jóvenes palestinos que intentaron apuñalamientos, en distintos lugares de Israel.
Mientras tanto el Presidente de Estados Unidos ha reconocido el derecho del Estado de Israel a defender a sus ciudadanos de los ataques que está sufriendo.
También Israel ha rechazado cualquier intervención internacional en la Explanada del Templo, como lo ha declarado el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que desea enviar observadores.
El clima de tensión no decrece y los sucesos de Nablus, donde está ubicada la Tumba de José, contribuyen a incrementarla.
Diego Acosta
Fuentes: New York Times – Estados Unidos / Le Monde – Francia
