Cuando profundizamos en el estudio de las Tesis de Lutero, debemos estar muy alertas para advertir la palabra con la que comienza a exponer los 95 puntos.
Utiliza de manera directa y contundente aquello que nos mandó Jesús: Arrepentíos…El principio absoluto de nuestra relación con ÉL.
Si no hay arrepentimiento tampoco habrá perdón de nuestros pecados y sin perdón, no seremos salvos. El sencillo y grandioso esquema nos llevará a la Vida Eterna o al castigo Eterno.
Pensando en esto estuve reflexionando acerca de cómo somos los humanos, de cuánto nos cuesta reconocer nuestros pecado, nuestras iniquidades.
Por eso el Mesías, que siendo Dios, nos conoce perfectamente nos demanda arrepentimiento. Si no me arrepiento no hay futuro posible con relación a mi Salvación.
Ante esto debo pensar por qué trato de evitar admitir mi responsabilidad, aún sabiendo que soy plenamente responsable de que he ofendido al Señor con mis actitudes.
Y no solamente me niego a admitir lo evidente, sino que trato de buscar que otra persona ocupe mi lugar como acusado.
Ya lo hizo Adán y por qué no lo habría de hacer yo?
En eso consiste lo difícil del arrepentimiento. En eso consiste lo difícil que es admitir en nuestro interior que no he sido fiel al Soberano y que debo declararlo.
Solamente reconociendo mi pecado me aproximo al arrepentimiento que se me demanda. Sin buscar otros culpables o razones para disminuir mi pecado.
Examino mi interior con la ayuda del Espíritu que me guía por el extremadamente difícil camino de la Verdad. Es la única forma posible de mantener mi relación con el Señor.
Mateos 4:17
Diego Acosta / Neide Ferreira