NO SOMOS IGUALES, PERO TODOS SOMOS VALIOSOS
Para mi cada uno de mis hijos es especial, pero no son iguales, por tanto no puedo tratarlos de la misma forma.
¿Significa eso que trato mejor a unos que a otros? ¡No! porque entonces no estaría siendo justa. Entiéndase que cuando hablo de trato me refiero a enseñar, corregir, disciplinar, animar.
De la misma manera todos somos hijos especiales para Dios, lo somos tanto que dio lo mejor que tenía (Su Hijo) para salvarnos. Pero con cada uno de nosotros tiene un trato, un tiempo para llamarnos, una forma de corregirnos, disciplinarnos una manera de mostrarnos su perdón, usa diferentes métodos para conseguir sacar de nosotros lo mejor.
Es verdad que ÉL no hace acepción de personas, y nos advierte en su palabra que no es bueno hacer acepción de personas, es pecado. ÉL, no hace diferencias, ni distinciones entre hijos, pero con cada uno tiene un trato personal diferente.
Un alcohólico no puede ser tratado como un maltratador, un drogadicto no puede ser tratado igual que un adúltero, un mentiroso no puede ser tratado igual que un jugador compulsivo, un depresivo no puede ser tratado como un enfermo del corazón, porque entonces fallaría el tratamiento, no sería efectivo, por eso muchas veces hay tantos fracasos.
Padres que fracasan, médicos que fracasan, pastores que fracasan… Cuando Dios hace las cosas, no hay fracasos, el éxito está asegurado. Así que seas padre, seas médico, seas pastor, seas lo que seas, cuando tengas que tratar con personas busca la dirección del Espíritu Santo porque solo así tratarás a cada persona como es necesario. Entonces no habrá fracasos ni sufrimientos innecesarios. Todos somos muy valiosos para Dios. Es necesario no perder a ninguno de los que ha puesto en nuestras manos.
Santiago 2:9
Lourdes Diaz – España