QUIEN…SOY YO?

SINAI2


La Biblia es una fuente interminable de Sabiduría y también una fuente interminable de mostrarnos a cada uno, su propia realidad.

Entre esos cada uno, me encuentro sorprendido y anonadado, por la profundidad de las cosas que sabiéndolas, las ignoramos.

En este caso debería decir: Las ignoro, no les concedo la importancia que tienen y por lo tanto, sigo obrando con una ligereza alarmante.

Todo lo relacionado con nuestro Dios es categórico, contundente. No existe la menor posibilidad de error ni de duda, en todo lo que se relaciona con su Deidad.

Así de grande ha sido el impacto que he recibido, cuando una vez más leyendo el llamado a Moisés para que liberara a los hebreos de Egipto, hizo una pregunta asombrosa.

Quién soy yo?

No me imagino haciendo el mismo interrogante, si me encontrara frente a un Ángel enviado por Jehová para que me hablara en forma personal y directa.

Creo que en ningún caso me recusaría a hacer nada que me mandara el Eterno, más que por obedecerle, tal vez por creerme capacitado para hacer cualquier cosa.

Creo que no sería el único en obrar de esta manera, con esa soberbia tan humana y con esa confianza en la propia fuerza.

Me imagino que para el Soberano, sabiendo como sabe lo que tenemos en el corazón, debe resultar muy penoso advertir, que seguimos siendo los mismos que nuestros antepasados, hace cientos de años.

Salvo Moisés!

Él sí que fue tan grande en su humildad, fue tan grande en su pequeñez, que no tuvo la arrogancia de sentirse capaz de nada.

Si a su lado no estuviera el propio Dios!

Éxodo 3:11

Diego Acosta / Neide Ferreira

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