PEDIR

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Tengo presente el día que me preguntaron si yo le pedía cosas a Dios.

La respuesta fue que sí, como todo el mundo, porque de ninguna manera me consideraba una excepción ni en ese ni en ningún otro asunto.

Siguiente pregunta: Dios siempre le contesta?

Según como lo entendamos: Siempre.

Y como lo sabe?

Porque trato de prestar la máxima atención a todo lo que se relaciona con mi fe y específicamente a todo lo que se relaciona con el Eterno.

Alguna vez se ha sentido defraudado?

Y quién soy yo para sentirme defraudado con relación a quién me ha Creado? Desde luego que nunca me ha sentido defraudado.

Pero sí que he entendido que muchas veces ha pedido cosas de una manera irreflexiva y de allí las respuestas que he recibido.

El Poderoso de Israel nunca contestará afirmativamente a algo que sea imprudente, a algo que aunque lo deseemos mucho, si lo recibiéramos nos haría mucho daño.

Mi interlocutor reflexionó y me volvió a preguntar: Entonces, donde está la Misericordia de Dios, que le niega lo que anhela?

Precisamente en eso está la Misericordia de nuestro Padre, nos niega lo que no es bueno para nosotros, porque entre otras cosas, nos puede alejar de ÉL y eso sería lo peor que nos pueda ocurrir.

Entonces como debemos pedir?

Orando buscando la Sabiduría que viene de lo Alto, para que nuestros anhelos estén en la misma dirección que la disposición del Santo de Israel, para contestarnos.

Es decir: Nunca pidamos aquello que puede satisfacer a nuestro corazón, porque debemos recordar que el corazón es engañador y traicionero!

Romanos 8:26

Diego Acosta / Neide Ferreira

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