LA BIBLIA ENSEÑA

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LA REBELDÍA Y LA CAÍDA DEL HOMBRE – XV

El final de la vida de los hombres en el Edén.

Génesis 3:23

Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.

Quienes formamos parte de la especie humana debemos considerar la expulsión de Adán y de Eva del Paraíso, como un gran acto de Misericordia de Jehová hacia nosotros.
La razón, es que con la decisión de sacarlos del Edén, estaba evitando que nuevamente los hombres cometieran otro acto de desobediencia y volvieran a comer del árbol prohibido.
Así como la primera vez significó el castigo de la muerte física, la segunda vez, sería vivir eternamente con el pecado sin redención.
Tanto Adán como Eva, ahora debían abandonar ese lugar único de privilegio, que solamente conocieron ellos dos, para convertirse en seres humanos que deberían ganar su sustento como nosotros lo hacemos desde entonces.
El hombre había pasado a ser de Mayordomo de todo lo Creado, a vivir de toda la Creación y a ganarse aquello que comiera con el sudor de su frente.
Los hombres comenzaban a desandar el camino hacia la tierra, de donde fueron formados. Era el capítulo anterior antes de la muerte física.

Génesis 3:24

Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

Consumada la rebeldía, Jehová comenzaba a obrar, con relación al pecado humano.
Fuera del Edén, dos querubines guardaban el camino de regreso, para evitar que los hombres cometieran otro acto de rebeldía e intentaran volver al lugar desde donde fueron expulsados.
Los querubines son figuras angelicales, que tiempo después guardarían el Arca del Pacto y el Lugar Santísimo en el Tabernáculo, según se nos menciona en el Libro de Éxodo Capítulo 25:18-22.
Los querubines son ángeles del Señor, que estaban por debajo de los serafines y su misión consistía, como hemos señalado, en guardar, proteger y sustentar el Trono del Eterno.
Son los guardianes llenos de simbolismo, del Santo de los Santos. Por ello, cuando ocurrió la muerte de Jesús, el velo que impedía la entrada al Lugar Santísimo se rasgó de arriba hacia abajo y el Camino hacia Dios quedó abierto, Hebreos 10:19-22.
La espada encendida la podemos comprender, como la presencia misma de Dios.
La historia de la Humanidad, comenzaba a escribirse a partir de la rebeldía hacia el Supremo.

Diego Acosta

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