CONTRASTE

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Ocurrió en una congregación un episodio que siempre fue recordado como una gran lección y que como tal, no debe olvidarse.

Por una serie de circunstancias, dos de los líderes debieron realizar tareas que estaban asignadas a otros hermanos.

Como estaban ausentes, debieron ser cubiertas por quienes eran dos de los más importantes responsables de la iglesia.

Y la enseñanza comenzó cuando se distribuyeron las tareas que tenían que realizar. Las dos eran, más propias de personas que recién comienzan a ser parte de la iglesia, que de quienes eran líderes.

Uno de ellos, la asumió con alegría, que se hizo evidente no por sus palabras, sino por sus gestos. Con buen humor comenzó a hacer su parte.

El otro en cambio, no solo que mostraba con la expresión de su rostro el disgusto que tenía, sino que lo manifestó abiertamente: Como un líder puede estar haciendo esto?

La tensión que generó esta pregunta entre quienes estábamos en esos momentos en la congregación, fue tan grande que nadie fue capaz de responder y cada uno siguió cumpliendo con lo que estaba haciendo.

Pero el episodio no pasó desapercibido para uno de los ancianos de la iglesia, que al cabo de unos minutos, se dirigió al líder que había hecho pública su protesta.

Le dijo: Es una pena que haya dejado pasar esta hermosa oportunidad de servir al Señor con alegría! Él le contestó: Pero le parece que esto es propio para alguien del liderazgo?

Por supuesto que sí, porque si quienes son nuevos en la fe ven trabajando a uno de sus líderes, entenderán cuál es el espíritu que tiene la frase: Servir y no servirse!

Romanos 12:11

Diego Acosta / Neide Ferreira

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