En el mundo se atribuye a la casualidad…todo o casi todo.
Aún las cosas más inexplicables, son consideradas casualidades…que es lo mismo que decir que no sabemos por qué han ocurrido.
Obviamente, cuando estaba en el mundo, formaba parte de quienes con extrema ligereza calificaba lo que no entendía de casualidad…!
Si intentáramos encontrar una definición de casualidad, nos sorprenderíamos. Más o menos textualmente afirma: Combinación de circunstancias imprevisibles e inevitables.
Qué circunstancias?
Por qué son imprevisibles?
Por qué son inevitables?
Por mucho que intentemos encontrar un argumento, no lo encontraremos según los criterios del mundo. Frívolamente decimos casualidad… y está todo explicado, aunque nadie entienda nada.
Pero en el camino de conocer las cuestiones relacionadas con Dios, una de las primeras cosas que aprendí es que la casualidad…NO existe.
Por qué?
Porque todo está bajo el control de la Soberana Voluntad del Creador!
De Quién ha Creado todo y a todos!
Y por supuesto a mí también…
A partir de la absoluta certeza de esta Verdad, es que he tratado de estar siempre atento a cuando ocurren estas casualidades…que de ninguna manera pueden ser consideradas como tales.
Es así como obra el Espíritu Santo!
Con advertencias, con Sabiduría, que nos impulsan a obrar con sensatez y corrección!
No dejemos de prestar atención al accionar del Espíritu!
Es el instrumento que el Todopoderoso utiliza para transformar nuestra vida, para guiarla, para guardarla, para elevarla a nuevas dimensiones sobrenaturales.
No caigamos en la torpeza de llamar casualidad…a lo que es la Obra Poderosa del Espíritu de Dios!
Juan 14:15-17
Diego Acosta / Neide Ferreira
