David huyendo de Saúl llegó hasta Moab.
Es importante recordar que tenía sangre moabita, pues su bisabuela Rut, era de ese origen. Allí se sintió seguro.
Pero, nuevamente fue asistido por Jehová. No estaba Samuel para aconsejarlo, pero el Supremo puso un nuevo profeta a su lado.
En ese momento la Biblia menciona por primera vez a Gad. Y lo primero que le dice es que abandone el lugar fuerte.
Resulta sorprendente como le pudo haber dado semejante consejo, de abandonar un lugar que por ser fuerte podría ser lógicamente seguro.
Ese lugar fuerte pudo haber sido la fortaleza de Masada o algún otro no precisado. Pero lo cierto era que según el criterio de esos tiempos, era un lugar para estar confiado.
A pesar de ello David debía abandonarlo. Entiende que es un mensaje de Jehová y se dirige al bosque de Harethttp://Haret, que es otro lugar de ubicación desconocida.
Si examinamos la situación podremos apreciar que David tiene un nuevo vidente o profeta que lo aconseja, en vez de Samuel.
Y también podremos constatar como David a pesar de que el consejo viene de un hombre nuevo para él, decide aceptar su palabra y abandona un lugar fuerte para entrar en un bosque.
Este es uno de los grandes rasgos de David. Era obediente y tenía la capacidad de discernir que debía obrar según la palabra que recibiera de Jehová.
Este es el gran mensaje que recibimos de este tiempo tan difícil para quién sería el gran rey de Judá y de Israel. Debemos permanecer fieles al Señor, a pesar de las circunstancias.
1 de Samuel 22:5
Pero el profeta Gad dijo a David: No te estés en este lugar fuerte; anda y vete a tierra de Judá. Y David se fue, y vino al bosque de Haret.
Diego Acosta / Neide Ferreira