LA BIBLIA ENSEÑA
Se acordó Dios de quienes estaban en el arca y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos y la lluvia fue detenida.
El arca reposó sobre lo montes de Ararat y se descubrieron las cimas de los montes. Noé abrió la ventana que había hecho y un cuervo estuvo yendo y volviendo. El Patriarca envió una paloma que fue y volvió y por segunda vez, regresó con una rama de olivo. Noé la volvió a enviar y ya no volvió.
La tierra se había secado. Dios volvió a hablar a Noé.
Génesis 8:16
Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo.
Tras haber permanecido 378 días en el arca, Noé y su familia la abandonaron e hicieron salir a todas las especies de seres vivientes que estuvieron en ella.
Comenzaba un nuevo tiempo para la especie humana y para todas las demás especies con vida.
Génesis 8:20
Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.
Con el altar y su ofrenda Noé testimoniaba el agradecimiento a Jehová por lo que había hecho con ellos y las especies que se salvaron del diluvio.
Génesis 8:21
Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.
Jehová percibió la honradez conque Noé había procedido con su ofrenda y entonces tomó una gran decisión. No habría de destruir de nuevo a los seres vivientes.
Esto también debe alentarnos a dirigirnos con humildad y honradez, con temor y temblor ante el Supremo para expresar nuestra gratitud por todo lo que ÉL hace por cada uno de nosotros.
La relación con el Eterno debe ser directa y profunda, como la que podamos haber tenido con nuestro padre carnal a lo largo de la vida.
Dios escucha a los suyos y escucha especialmente a sus hijos, cuando lo honran en justicia y verdad.
Diego Acosta