EL EQUILIBRIO

Si observamos con atención a quienes nos rodean podremos advertir que hay un rasgo que los une: el deseo casi obsesivo por divertirse y por “pasarlo bien”.

Esta observación supone una crítica? No, supone un registro de la realidad para analizar nuestras propias actitudes y sobre todo nuestra forma de vivir como hijos de Dios.

Es evidente que nadie puede ser censurado por desear divertirse, entre otras cosas porque forma parte de la vida, intentar tener momentos agradables.

Lo que ocurre es que no podemos es tener como objetivo principal la diversión, porque debemos asumir que no siempre tendremos razones para hacerlo.

Pensando en todo esto recordamos la Paz del Señor, que proviene del Shalom. La Paz del Señor, no es la ausencia de conflictos sino el equilibrio, la justicia y la unidad.

Si percibimos este sentido superior de lo que significa la palabra Paz, advertiremos que Jesús nos deja su referencia a los términos de nuestra relación personal con Dios.

Sin equilibrio no podremos enfrentarnos a los momentos buenos y malos de la vida, sin justicia no obraremos con equidad con el prójimo y sin unidad con nuestros hermanos, estaremos dispersos. No solo de diversión vive el hombre!

Eclesiastés 7:5-6
Diego Acosta García

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