Blog del TIEMPO!
Hace 49 años los hombres veíamos gran parte de nuestras fantasías cumplidas, cuando dos americanos posaron sus plantas sobre la Luna.
En medio de la gran controversia política mundial, pocos escaparon a la trascendencia del acontecimiento.
Bien podría decirse que mirando hacia nuestro satélite, olvidábamos la realidad de la que formábamos parte. El hombre alcanzaba otra dimensión y el humanismo alentaba una nueva visión de nuestra grandeza.
Pero, casi medio siglo después los hombres seguimos siendo los mismos, con nuestros problemas, frustraciones, angustias y temores.
El impacto de haber alcanzado la Luna, no fue suficiente para disimular lo que verdaderamente somos, nuestros comportamientos, los daños que nos causamos y que causamos a la propia Tierra.
Hoy cuando hemos bajado nuestra mirada de la Luna a la cotidiana y áspera realidad, podemos advertir que la grandeza humana es mucho menor de lo que pensábamos y la falta de Dios en nuestras vidas, es más necesaria de lo que podríamos llegar a admitir.
Diego Acosta
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