La decisión fue adoptada por una amplia mayoría con 138 votos a favor, 41 abstenciones y 9 en contra, destacando la fuerza de los números y ampliando las dudas sobre el futuro de la región.
La Unión Europea votó dividida entre el apoyo a Palestina y las abstenciones, siendo las más destacadas las de Alemania y la del Reino Unido.
Los 9 votos en contra de la resolución encontraron juntos a Estados Unidos, Israel, Canadá Panamá, la República Checa y Nauru, Palau, Micronesia y las Islas Marshall.
Esta resolución de la Asamblea de las Naciones Unidas representa un reconocimiento implícito de las fronteras anteriores a la guerra del año 1967 y los territorios ocupados por Israel desde entonces.
Los interrogantes surgen rápidamente: Significa esta resolución la partición nuevamente de Jerusalén en dos ciudades? Significa que Israel debe ceder los territorios ganados en combate en 1967?
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina declaró que esta iniciativa no pretende deslegitimar a Israel sino legitimar a Palestina y anunció que Palestina cree en la paz y porque su pueblo está desesperadamente necesitado de ella.
Cabe preguntarse: Y las afirmaciones de parte de la banda terrorista Hamás que controla Gaza de hacer desaparecer a Israel? Como se concilia esta afirmación con la existencia de Israel?
La euforia que ha despertado en muchos países esta votación de la Asamblea de las Naciones Unidas no se corresponde con la realidad objetiva sobre el terreno.
Todo reconocimiento de un estado palestino debe surgir de las negociaciones entre las partes y no por una resolución, que es verdad que aisla a Estados Unidos e Israel, pero tampoco resuelve la situación de fondo.
Fuentes: New York Times – Estados Unidos / Le Monde – Le Figaro – Francia
Press SM – Diego Acosta García.