IDOLATRÍA

DEVOCIONAL

Jesús nació, vivió y murió como Hombre. Pero Resucitó y está sentado a la diestra del Dios Padre en el Trono de la Gloria!

Esta es la grandiosa Verdad que nos hace recordar que Su sacrificio final por los pecados de todos los hombres, debe ser motivo de agradecimiento.

Ese sacrificio pertenece a un tremendo momento del Plan de Salvación del Eterno para los humanos y recordarlo como un sacrificio una y otra vez, nos aleja de la perspectiva que Él mismo le confirió.

Jesús venció a la muerte y por tanto debemos exaltar la Vida!

Mirando la cruz vacía, puedo recordar el sacrificio último y el único que hace posible mi Salvación, tras arrepentirme de mis pecados y reconocerlo como Señor.

ÉL como mi Señor me perdonó y por ÉL llego hasta el Padre, como único intercesor. Por eso creo y confío en la Vida Eterna. Por eso también me niego a la idolatría del dolor y la muerte!

Romanos 14:9
ES – Porque Cristo para esto murió y resucitó,
y volvió a vivir,
para ser Señor así de los muertos
como de los que viven.

PT  Foi para isto que morreu Cristo
e tornou a viver;
para ser Senhor tanto dos mortos
como dos vivos.

Diego Acosta / Neide Ferreira