Un informe de la organización HRW – Human Rights Watch – que tiene el título: ROMPIENDO EL SILENCIO, ha provocado diversos comentarios en el segundo país más poblado del mundo.
La violencia contra la mujer es parte de un fenómeno social más amplio, pero tomó estado público por el brutal episodio de la estudiante violada en un autobús en Nueva Delhi en diciembre del año pasado.
Sin embargo esta cuestión no está teniendo toda la difusión que su gravedad debería generar e incluso se comenta que se trata de algo que está como escondido dentro de la sociedad.
Un estudio realizado por el gobierno entre 12.500 niños, revela que desde el año 2007 alrededor del 53 por ciento de los encuestados sufrieron agresiones sexuales. Y de ellas 20 por ciento de forma muy severa.
De esos más de 6 mil casos solamente el 3 por ciento fueron denunciados a la policía, lo que un ministro del Gobierno criticó y calificó como una conspiración de silencio.
El informe del Gobierno destaca que se han producido dos niveles de fracaso: La falta de protección de los niños y la falta de respuesta al abuso, lo que quedó demostrado el año pasado con un episodio muy especial.
En Nueva Delhi tres niñas escaparon de un orfanato y denunciaron la violencia desenfrenada que se vivía en la institución, incluyendo entre los participantes al propio director.
En cuanto a las denuncias a la policía, la mayoría de las veces sueles ser rechazados o ignorados por las autoridades, a pesar de la valentía de los niños en declarar contra sus agresores.
Todas estas situaciones deberían haber sido abarcadas por el cumplimiento de la Ley de Protección a los Niños, sancionada el año pasado por el Parlamento indio.
Esa ley sin embargo no está siendo aplicada con el rigor que la gravedad de la situación demanda y los abusos y agresiones se siguen repitiendo entre la población más vulnerable del país.
Fuentes: Le Monde – Francia
Press SM – Diego Acosta García