Blog del TIEMPO
Está bien recordar a los hombres y mujeres, a los niños y jóvenes que murieron por causa de la soberbia de algunos supuestamente iluminados que se creen superiores.
Tan superiores se consideran que asumen que tienen derechos para quitarle la vida a sus semejantes, mediante la más vil, más cobarde y más perversa de las actitudes humanas.
Matar a ciegas, indiscriminadamente es la esencia del terrorismo, pero es lo que revela la profunda ruptura espiritual de quienes son instigadores y de quienes son los ejecutores de cualquier forma de atentado.
Tan tremendo es el que cobardemente ataca por la espalda y le dispara en la cabeza a un indefenso, como el que coloca una bomba con la esperanza de causar el mayor número de víctimas posible.
En medio de esta sinrazón recordar a las víctimas y a sus familias, es importante saber que quienes tenemos a Dios en nuestras vidas, conocemos el alto valor que tiene la de cada uno de nuestros semejantes.
No hay ninguna idea, ni principio, ni razón que sea más importante que una vida. Sabiendo, como sabemos que es el Eterno el Único que la concede o la quita.
Diego Acosta