ANTIVIRUS
Apelamos al recuerdo de esos espejos que generalmente son una atracción en las ferias, donde las figuras se agrandan, empequeñecen, se estiran o se contraen.
Es una forma notable de deformar la realidad. La de nuestra propia realidad, que identificamos con nuestra figura que tanto conocemos y que nos provoca risas al verla deformada.
La apelación a los espejos, está destinada a alertarnos una vez sobre las informaciones deformadas o directamente cambiadas y que por nuestra capacidad de buscar novedades transformamos en reales.
Alguien dice o comenta cualquier cosa en un país y a las horas, esa información ha sido transmitida no solamente a otros países, sino a otros continentes, generando inquietudes y sobresaltos.
Jesús nos advirtió que no nos dejemos engañar y ese mensaje también nos debe advertir que no seamos autores de nuestros propios engaños.
Si divulgamos o creemos en informaciones que no son reales o que nadie ha comprobado, estamos participando del engaño colectivo y haciéndoles las labores a los falsos profetas.
Recordemos que los tiempos finales tienen su fundamento en la necesidad de paz y de tranquilidad, de allí surgen el falso profeta y el anticristo.
Diego Acosta