Tres semanas antes de la Pascua las langostas pululaban por la frontera con Egipto, recordando la octava plaga que se abatió sobre el Faraón obstinado en su resistencia contra Dios.
Los investigadores aseguran que las langostas provenían de los desiertos de Sudán y se dirigieron hacia el norte en busca de alimentos. Israel decretó el estado de alerta por la plaga el lunes.
Fue la consecuencia del avistamiento de grandes enjambres en la región de El Cairo. La Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas advirtió que las condiciones climáticas favorecen la invasión.
A través del Ministerio de Agricultura, Israel estableció una línea caliente para avistamientos de enjambres. El martes las langostas del tamaño de pequeñas aves fueron vistas en balcones y jardines en el centro y el norte del país.
El mayor avistamiento  se produjo en una pequeña aldea en el desierto de Negev, no lejos de la frontera con Egipto. Los productores de patatas de Kmehin se quejaron de las pérdidas sufridas y pedirán indemnizaciones.
Sin embargo el frío de este tiempo en Israel no favorece la multiplicación de las langostas por lo que no se teme especialmente por lo que pueda ocurrir en el futuro.
En Egipto, por el contrario el Ministerio de Agricultura está luchando contra los enjambres en El Cairo, en el Egipto superior, la zona del Canal de Suez, la Gobernación del Mar Rojo y en otras zonas fronterizas en la península de Sinaí.
En el Alto Egipto los beduinos sufrieron grandes pérdidas en los cultivos de comino y adelantaron que pedirán indemnizaciones al Gobierno, que sigue afrontando una grave situación política.
Un viento oriental trajo las langostas que devoraron los restos de las cosechas de Egipto. Los recuerdos bíblicos son más que obvios en el país. Las langostas también aparecen en el Corán.

Fuentes: New York Times – Estados Unidos
Press SM – Diego Acosta García