Bíblicamente el hombre comerá con el sudor de su frente, luego de que Adán y Eva desobedecieran a Dios en el hecho más relevante de la especie humana.
El trabajo por tanto ha sido el método que Dios empleó para que el hombre comiera y pudiera alimentar a su familia y desde entonces la cuestión del trabajo ha asumido gran relevancia.
El trabajo generó que hubiera amos y esclavos, que hubiera hombres más libres que otros para ganarse el sustento y también ideas políticas que supuestamente lo igualaron.
Largo ha sido el camino del trabajo, tan largo como el de la especie, pero a la vez que castigo el trabajo encierra un principio manifiesto por el que cada hombre debe ganarse el pan
De allí que en los tiempos recientes muchas constitucione consagren el trabajo como un derecho de cada ciudadano para poder suplir las necesidades de su familia.
Es evidente que el orden natural del trabajo se ha subvertido y se ha convertido en un instrumento económico que los más poderosos utilizan contra los más débiles.
Recuperar el sentido del trabajo como condición indispensable para que el hombre se gane dignamente su sustento es una cuestión que concierne a todos y especialmente a quienes nos llamamos hijos de Dios.
Génesis 3:19
Diego Acosta García