Lo que podríamos llamar la cultura del esfuerzo va languideciendo a medida que la sociedad muestra su lado más permisivo. La tolerancia facilita un ambiente propicio para que creamos en el “gratis total”.
Cada nueva generación se encuentra conque es posible vivir haciendo el mínimo requerible, porque los padres van delegando su indeclinable obligación de educar y entonces la sociedad fija las pautas.
Lo importante es que se haga todo según la ley del menor esfuerzo, sin aprender a tomar conciencia de lo que le cuesta a los padres darles a sus hijos cualquier cosa que les reclamen.
Estamos criando así hombres y mujeres que a su vez transmitirán a sus hijos lo mismo que sus padres les transmitieron. Creando una falsa sensación de seguridad en la provisión de lo indispensable.
Lo grave será cuando esos niños se conviertan en personas mayores y de golpe se tengan que enfrentar a la crudeza de la vida y cuando los padres no puedan socorrerlos.
Por eso la Sabiduría infinita de la Palabra de Dios nos manda educar a nuestros hijos.
Por eso es indeclinable esta responsabilidad.
Por eso la debemos asumir y si no sabemos como hacerlo, recurramos a la Biblia, donde encontraremos la mejor enseñanza.
Salmos 132:12
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira