Un docente contaba con preocupación lo difícil que le resultaba responder a las preguntas que sus jóvenes alumnos le hacían sobre temas, que se escapaban a la materia que enseñaba.
No es que no quiera responderles, dijo, porque entiendo que forma parte de mi trabajo ayudar a pensar a mis alumnos, pero es que a veces no sé que es lo cierto.
Se refería a preguntas relacionadas con Dios, la familia, la homosexualidad, la corrupción, la justicia, los políticos, el noviazgo, el futuro, la honradez o el vive como quieras.
Le sugerimos que leyera la Biblia porque tiene las respuestas a todas las preguntas y nos permitimos regalarle un Texto. Desde ese momento durante un cierto tiempo no tuvimos oportunidad de conversar con él.
Cuando lo volvimos a ver estaba más sereno. Nos contó: Fue bueno leer la Biblia, porque he encontrado respuestas para los chicos y también para muchas de mis dudas personales. Ha sido una fuente de sabiduría.
Le comentamos que era un buen comienzo y él reflexionó: Me pregunto por qué no he leído la Biblia hasta ahora? Y la única respuesta que tengo es que ha sido mi soberbia intelectual, la que me lo impedía.
El docente confesó que se había acercado a Dios y su Verdad y que ansiaba transmitirles a sus jóvenes alumnos la maravillosa realidad que había comenzado a vivir.
Job 12:13
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira