Hay cuestiones que son inapelables cuando se plantean desde la perspectiva bíblica. Tan inapelables son que muchas veces las desechamos porque entendemos que tal vez podrían ser diferentes.
En esos casos obramos con un exceso de voluntarismo, pensando que nuestras fuerzas son suficientes para conseguir determinados logros y que no renunciamos a ellos a pesar de las dificultades.
Estas personas son las que en el mundo se conocen como emprendedoras, proactivas y que lamentablemente comienzan a destacarse con una frecuencia exagerada en nuestras iglesias.
Por muy emprendedor que se sea, por muy proactivo que se sea, cuando Dios ha decidido sobre un asunto, es absolutamente imposible cambiar su voluntad obrando con nuestro ímpetu.
Podríamos decir que si obramos así, también estamos demostrando nuestra falta de conocimiento de lo que verdaderamente significa el Eterno y de lo que representan sus decisiones.
Además tampoco es posible librar ninguna batalla en contra de lo que Dios ha determinado porque no sea de nuestro agrado o porque nuestros intereses están en dirección opuesta.
Debemos ser conscientes de que todos nuestros proyectos deben estar aprobados por el Señor. Si obramos antes de conocer su decisión, nos equivocaremos por apresurados y si lo hacemos después por retardatarios.
Cuando aceptamos al Señor como nuestro Salvador, también lo aceptamos como Soberano sobre nuestras vidas. Recordemos que Él tiene la llave para abrir y para cerrar!
Apocalipsis 3:7
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira