Cada vez que esperamos respuestas, sean del tipo que sean, en la mayoría de los casos nos generan tensión y sobre todo dejamos liberada nuestra mente para las especulaciones.
Cuando procedemos de esta manera estamos dando lugar a que nuestros pensamientos nos lleven a conclusiones que pueden resultar erradas, porque son fruto de nuestra condición humana.
Podemos poner como ejemplo un caso personal, en el que tuvimos que asistir a una reunión donde podrían tomarse decisiones importantes.
Por la Gracia tuvimos la Sabiduría de no pensar en ninguna posibilidad, simplemente fuimos a la reunión creyendo que lo que tendría que ser ya estaba decidido por el Señor.
Esta actitud nos causó una profunda extrañeza porque es totalmente contraria a la humana actitud de pensar y repensar en lo que diríamos y lo que escucharíamos como respuesta.
Es lo que normalmente hubiéramos hecho y por eso comentamos lo de la Gracia y lo de la Sabiduría, porque confiando en la Soberana Voluntad del Eterno, mostramos nuestro agradecimiento por lo que ya se ha había decidido.
Esto es especialmente importante, porque dimos las gracias sin haber cuál había sido la decisión, confiando en que el Señor siempre tiene lo mejor para nosotros.
Debemos aprender por difícil que nos resulte, que de nada sirve especular, angustiarnos o preocuparnos ante determinadas situaciones. Solamente debemos confiar en Quién siempre cumple su Palabra!
Salmos 118:8
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
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