Dios en su infinito Amor puede darnos la Gracia de repetir milagros para que podamos tener confirmación de su Poder y Soberanía sobre todas las cosas.
Si un milagro puede conmovernos, imaginemos lo que ocurre cuando ese milagro vuelve a repetirse!
Esto es lo que sucede, cuando por ejemplo, nacen dos criaturas con diferencia de meses o de años, en condiciones en las que la lógica humana se mostraría reacia a aceptarlo.
En estas situaciones solamente debemos rendirnos ante lo que es evidente, como le ocurre a las personas que se niegan a aceptar a Dios o no creen en su capacidad para realizar milagros.
Muchas veces nos callamos frente a hechos tan extraordinarios, porque los reservamos a los límites de nuestra creencia personal, cuando en realidad deberíamos hacerlos públicos para que otros vean lo que no quieren ver.
Podemos afirmar en lo personal, que esta clase de milagros además de conmovedores, representan la alegría de recibirlos con agradecimiento y de disfrutarlos con reverencia.
En los momentos trascendentales de nuestra vida, no debemos olvidar nunca de poner de manifiesto lo que Dios ha hecho, porque es la mejor confirmación de que lo seguirá haciendo.
Los milagros de Dios no son cosas del pasado. Podemos tener la certeza de que se seguirán repitiendo por su gran Amor por nosotros! Aunque no seamos merecederos de ellos!
1 Crónicas 16:10-12
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira